En nuestro medio, la práctica y la enseñanza de la arquitectura carecen de una mirada reflexiva acerca del sentido y las posibilidades de desarrollo de su técnica. Los discursos que se emplean eluden reiteradamente su puesta en cuestión y, por el contrario, siguen un curso determinado de antemano, que pretende validar a través del control que ejerce sobre la opinión, con lo cual desconoce la complejidad que el pensamiento implica. Una relación consciente con las fuerzas productivas de un tiempo significa asumir una posición activa frente a esta situación. Este escrito es una reflexión acerca de la relación de la arquitectura con el estado y el mercado, que se encuentra enmarcada dentro del período de malestar y crítica vivido en la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Valle durante el segundo semestre de 2006, que dio paso a las asambleas colectivas de estudio y revisión de la enseñanza de la arquitectura, parcialmente frustadas, ocurridas en el primer semestre de 2007. [Versión disponible en PDF]